Leo nació en Roario (Argentina), ya desde pequeño deslumbraba a propios y extraños con un balón pegado al pie. Desde niño jugaba con compañeros que tenían más años que él, y sobresalía de entre todos.
Pronto empezó a jugar en Newell´s Old Boys, pero no tardarían en darse cuenta, que Messi era más bajito de lo normal, a sus 10 años, tan sólo medía 1 metro y 10 centímetros.
A Leo le diagnosticaron un problema de crecimiento, le faltaba una hormona en su organismo que le impedía crecer. El tratamiento era muy costoso, y ni Newell´s ni River Plate aceptaron pagar la cura.
La familia Messi tenía claro que en Argentina no iban a encontrar una solución.
Pero como el deseo más grande de Leo era jugar al fútbol, la familia decidió hacer todo lo imposible para que Messi cumpliera su sueño, y decidieron partir hacia Cataluña, donde el Fútbol Club Barcelona se había fiajado en él.
Tras una prueba para probar su rendimiento en las instalaciones del club catalán, sólo le bastó un minuto a Charlie Rexach (director deportivo del Barça) para darse cuenta de que Leo estaba llamado a ser un grande de este deporte. Y de forma tan sencilla y humilde como los orígenes de Messi, fue la plasmación de su primer contrato, en una servilleta en una cafetería de Barcelona.
El Barça le ofreció un contrato que le permitiría tratar su enfermedad, y con ello jugar al fútbol.
Messi, se instaló en la Masía (residencia del Barça), tuvo que dejar atrás a su familia, a su Argentina, a su Rosario natal, todo eso tuvo que dejar, para conseguir su sueño: jugar al fútbol.
Y haciendo del fútbol su vida, en la lejanía de su familia, Messi superó su enfermedad, el fútbol le ayudó a crecer, y él cada día ayuda a crecer al fútbol, con su magia y calidad. Ya que 12 años después de su llegada a Barcelona, Leo se ha convertido en uno de los mejores futbolistas de la historia.
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