jueves, 13 de septiembre de 2012

Los jóvenes, luchadores y motor de cambio social



INTRODUCCIÓN 

Esta  investigación trata de dar un perfil general de la incidencia de la crisis en el empleo y se centra en  cómo viven sus consecuencias los jóvenes, cómo la afrontan, su situación general y las características de esta nueva generación que destaca por estar más formada que nunca y tener el futuro más oscuro. Una encrucijada que afecta a la inmensa población de entre 18 y 25 años y que en España, se coloca a la cabeza del paro europeo.

Se escuchaba a los mayores, pero los que se remangaban y cruzaban el río eran los jóvenes. En tiempos de crisis, el liderazgo era de los jóvenes” Eduardo Punset
Generación perdida, baby losers… numerosos son los términos que se usan para definir a la nueva generación que trata de abrirse camino en el precario mundo laboral actual, la situación de muchos es realmente desesperante. Los llamados ni-nis son cada vez más numerosos, jóvenes que ni estudian ni trabajan. Los hay que se dedican a emigrar, buscando un futuro mejor, un empleo y una estabilidad. La imagen del mileurista parece de épocas pasadas, los jóvenes de hoy en día tampoco pueden aspirar a ello.
Formarse para encontrar trabajo dejó de ser una garantía para evitar el desempleo desde hace mucho tiempo. De hecho, nos encontramos en la actualidad con la juventud mejor formada y a la vez con la tasa de desempleo más elevada. En el caso concreto de España, se supera la media europea española en cuanto a nivel de estudios y formación y aun así, se lidera el paro juvenil.
No solo es abrumadora esta idea, casi pero aun es la realidad que indica que, de los pocos jóvenes que encuentran un puesto de trabajo en este país, la mayoría de veces, realizan tareas inferiores a su preparación, se les priva del desarrollo de su creatividad y de demostrar sus verdaderos conocimientos y aptitudes.

CARACTERÍSTICAS DE LA NUEVA GENERACIÓN

Son jóvenes muy preparados, manejan de forma habitual las nuevas tecnologías y encuentran su hueco, su forma de protesta a través de la red y las redes sociales.  “De aquí va a salir una nueva hornada de políticos y de gente comprometida. Las redes sociales los están haciendo muy participativos y existe mucha voluntad de movilización”  López Peláez.
Tienen mayor interés por la política y el sistema social que las generaciones anteriores, son más críticos y comprometidos. Se trata de gente muy bien preparada y con muy pocas posibilidades.
Su visión crítica y global del mundo es mucho más amplia y libre de prejuicios que en generaciones anteriores gracias al entorno multicultural en el que se desarrollan y el libre y casi ilimitado acceso a la información.
Muchos jóvenes muestran inclinaciones antisistema, están bien organizados  y perfectamente estructurados. Tienen sus propias ideas en cuanto a la mejora de la sociedad. Además poseen una buena formación y nivel cultural, no hay alienación.  Se sienten excluidos, no representados por organizaciones ni partidos políticos, son conscientes de la necesidad del cambio y están motivados a ello. Manifiestan su oposición al sistema económico, inmobiliario o educativo.
Económicamente, no pueden permitirse el lujo de independizarse y dependen de los padres hasta avanzada edad, cada vez más. Los trabajos ofertados destacan por su precariedad. Además, los más afectados son los jóvenes con menor nivel de formación, cuya situación es todavía más problemática.
Psicológicamente, la mayoría de los jóvenes ven el futuro con bastante pesimismo, los invade la inseguridad y la incertidumbre al no encontrar, al menos en territorio español, algún tipo de solución o ayuda. La existencia de desigualdades sociales parece perfectamente asumida y asentada para su futuro. De entre los primeros problemas colocan la guerra, el hambre y la pobreza. En el caso particular de España, ven al paro como el mayor rival de sus vidas seguido del terrorismo. Aunque últimamente, la preocupación por problemas como la vivienda y la inmigración, seguidos muchas veces del racismo, están aumentando por la crisis y la consecuente inestabilidad.

LA CRISIS DEL EMPLEO

El paro es la principal preocupación de los españoles y el problema más grave de la crisis económica en nuestro país. Afecta a casi el 25% de la población activa y a casi el 50% de nuestros jóvenes, duplicando la tasa media de la Europa de los 27
Conviene hacer en este punto un breve análisis del concepto “crisis del empleo” así, nos encontramos con dos vertientes: la cuantitativa y la cualitativa. Esquemáticamente podría representarse así:
- El desempleo: la crisis de cantidad. Que se caracteriza por la segmentación del desempleo según sexo y edad, y por el incremento de los destinatarios de la Orientación Ocupacional.
- La precariedad laboral: la crisis de calidad. Esta crisis implicaría bajos salarios, derechos sociales disminuidos, limitado reconocimiento social y laboral e inestabilidad laboral.  la característica principal de los actuales mercados laborales es la precarización del trabajo.

Por lo tanto podríamos considerar esta crisis de empleo como una crisis social por diversos motivos. Entre ellos destacan el cuestionamiento del orden social, la existencia de un mecanismo de diferenciación social que incrementaría las desigualdades sociales, la falta de conciencia colectiva como efecto de esta crisis, etc.

EL PARO EN LOS JÓVENES

Podemos definir a los jóvenes como “aquellos individuos que han cumplido la edad mínima obligatoria para trabajar y que tienen menos de 25 años”. Esta es una de las múltiples definiciones que se han dado del concepto de joven debido a las dificultades que entraña su conceptualización.
Estadísticamente podemos decir que en España al principio de la crisis económica había un 10% de paro juvenil frente al 50% que se observa actualmente. Con lo que nos enfrentamos al abrumador aumento del 300%. siete de cada diez empleos destruidos en el último trimestre en el estado español estaba ocupado por un menor de 29 años
Actualmente lo más novedoso de la juventud es la prolongación de la etapa juvenil la edad de incorporación al mercado de trabajo cada vez se retrasa más, debido en parte a la permanencia durante más tiempo en el sistema educativo.
Pero, además, hay más elementos que condicionan la entrada de los jóvenes a la vida adulta: la urbanización, la industrialización, el cambio en el carácter de la familia, etc.
Con respecto al sistema educativo diremos que la mayoría de los jóvenes pasan como mínimo diez años escolarizados, algunos de ellos prolongan sus estudios secundarios y universitarios y mientras ellos están en la escuela, cada vez hay más demandantes y menos ofertas de empleo.
Cada vez más, dentro del paro general se registra un porcentaje más alto de paro juvenil y en el caso español, como se mencionaba anteriormente, casi el 50% de los jóvenes se encuentra en situación de desempleo seguido por Francia e Italia, y en todos ellos no se prevé ninguna mejoría a corto plazo, sino todo lo contrario. El paro juvenil es un fenómeno que no disminuye ni en épocas de recuperación económica, por lo que podemos hablar de que es un fenómeno estructural y no coyuntural. Los efectos del paro en los jóvenes son potencialmente graves ya que acontece en un momento de la vida de la persona en la que esta está intentando definir su identidad adulta, pierde sus seguridades infantiles y cambia la relación con sus padres. Además, dentro del paro en los jóvenes, el sector femenino es todavía mayor.
El paro juvenil no tiene una única causa, sino que se suelen plantear un conjunto de problemas muy variados que lo determinan: jóvenes con dificultades específicas, desconcierto,  inseguridad, empleo a tiempo parcial...


En España cada vez hay más jóvenes que ni estudian ni trabajan, situación que está determinada por la clase o extracto social. Se produce una reproducción social del trabajo en la que los padres “ceden” el puesto a los hijos pero que generalmente lo acogen en peores circunstancias.
El proceso que siguen los jóvenes para entrar en el mercado laboral se compone de un ir y venir por diferentes entrevistas y puestos de trabajo que normalmente tienen carácter temporal y están mal retribuidos. La búsqueda del primer empleo es la más larga y la que suele generar mayor situación de desánimo.
En el caso de los jóvenes el paro les afecta por una doble causa: porque hay más demanda que oferta (crisis cuantitativa) y porque hay un desajuste entre las cualificaciones requeridas y las que tienen los jóvenes (crisis cualitativa).
Una situación común a la hora de encontrar empleo es que la mayoría de los puestos de trabajo se cubren por promoción interna y para los nuevos empleados, en este caso los jóvenes, les queda cubrir los peores puestos. Lo que supones que sean solo empleos informales, no cualificados, y de carácter secundario, es decir, con bajas retribuciones, condiciones mínimas, imposibilidad de promoción, etc.
Otro punto a tratar sería el coste del trabajo juvenil que se relaciona con los costes del trabajo adulto y con los beneficios que genera el joven con su trabajo. Normalmente las empresas prefieren contratar a adultos porque se espera mayor productividad de ellos y sus costes suelen ser menores.
La discriminación sería otro aspecto a tratar como causa del desempleo en los jóvenes, debido a la posición de inferioridad de su fuerza de trabajo  respecto a la adulta. La flexibilidad va contra los jóvenes y no les ayuda en nada, aunque tampoco la rigidez.
Los sindicatos en los años 80 potenciaron el papel de los jóvenes en el mercado laboral. Con ello, se minimizaron las diferencias entre jóvenes y adultos, se defendieron sus intereses ante la ley, etc. hoy en día los sindicatos han dejado de centrarse únicamente en eso para apoyar también a los parados, los jubilados, los que buscan el primer empleo, etc.
En resumen, las causas del paro juvenil en España son las mismas que las del paro general: escasez de empleos debido a la demanda superabundante. En su conjunto, hace que los jóvenes salgan especialmente perjudicados situaciones como la existencia de mercados internos, la economía sumergida, la precarización del mercado laboral, las prácticas discriminatorias de las empresas...
Además de todo esto, hay una serie de prejuicios, la mayoría falsos, que perjudican más si cabe a los jóvenes. Se suele decir que los jóvenes no quieren trabajar o que tienen actitudes negativas frente al trabajo. Creencia incierta pues en una reciente encuesta, más del 53% de los jóvenes manifestaba incluso que prefería trabajar antes que estar cobrando algún tipo de ayuda estatal. Los jóvenes tienen una actitud crítica frente al trabajo pero están preparados para hacerle frente. El rechazo del trabajo si lo hay, consiste en un rechazo a las condiciones laborales y no al trabajo en sí.
Por ultimo, mencionar que se puede hacer una clasificación del tipo de desempleo en los jóvenes que quedaría estructurado de la siguiente manera:
Parado vergonzoso: rechazan el paro y no asumen la situación, cambian de empleo con frecuencia
Parados de clase media: aceptan trabajos sin interés solo por su valor instrumental
Parados de clase obrera: excluidos socialmente y para los cuales el trabajo significaría integración.

EFECTOS DEL DESEMPLEO

Efectos sociales y personales:
El paro en los jóvenes daña esencialmente al individuo porque rompe el proceso natural de la maduración de su personalidad, en nuestro contexto cultural resulta prácticamente imposible que un joven pueda llegar a ser un adulto libre, independiente y responsable, sin haberse iniciado en el ámbito laboral o profesional. En la sociedad occidental actual la madurez social se retrasa mucho y la adolescencia suele extenderse hasta los treinta años. La entrada en la madurez no es algo exclusivamente biológico fijado por la edad, sino un proceso complejo con vertientes psicológicas, afectivo-emocionales, sociales y económicas. Sin entrar en el mundo laboral no es posible adquirir una personalidad globalmente equilibrada y madura en todas las vertientes referidas ya que sólo al comenzar a trabajar saldrá de la esfera protegida de la familia, abriéndose a otro mundo, con otras relaciones, otras experiencias, otras exigencias, otras responsabilidades.
Por otro lado, un trabajo adecuado y acorde a la formación del joven, le proporciona su lugar en la sociedad, lo dota de identidad social. Cada vez hay más jóvenes que ven como algo muy lejano el encontrar un trabajo. Esto tiene consecuencias negativas, como considerar como algo inútil los esfuerzos empleados en estudiar y formarse, la frustración de no saber como manejar las vidas propias. La aparición de conductas de evasión que conducen a los malos hábitos y al consumo de alcohol y drogas.

Fuga de cerebros:
Hay otra triste consecuencia que afecta a miles de jóvenes en paro. Se ha dicho que esta generación es una de las mejores formadas de la historia de España, quizás se exagere, pero es indudable la pérdida que supone para nuestro país que jóvenes con titulación universitaria se vean obligados a desarrollar su profesión en otros países, habiéndose además formado en el nuestro, con el coste económico que todo ello supone. Una perdida irreparable que ahoga aun más al futuro y prosperidad de la sociedad española.

Efectos  sobre el bienestar:
Consecuencias en la pobreza de la dieta alimenticia, higiene, vivienda y condiciones materiales en general.
Malestar psicológico e insatisfacción con la vida (depresiones). Descuido por el físico. Degradación de conocimientos. Disminución de las actividades. Desarrollo de pensamientos negativos. Inestabilidad emocional e hipertensión. Mayor índice de mortalidad, menor esperanza de vida. Aumento entre los desempleados de problemas de alcoholismo, tabaquismo,  farmacodependencia, etc.
Efectos del desempleo sobre la identidad:
Dependencia económica de la familia. Retraso o impedimento de la emancipación. Tensión, malestar, conflictividad. Pérdida o crisis de la identidad psicosocial del individuo. Bloqueo en el proceso de transición de la escuela al primer empleo. Estigmatización social al no considerarlos como trabajadores normales. Carencia de un grupo de referencia socio laboral positivo  Aislamiento social. Desorientación existencial. Sentimientos de resentimiento. Vulnerabilidad social.

SOLUCIONES A LA CRISIS DE EMPLEO

Si pensamos que el fenómeno del paro es estable y “eterno”, se pueden pensar dos soluciones al respecto:
a)      que las nuevas tecnologías sustituyan al trabajo humano y que la mano de obra excedente se vaya al sector servicios.
b)      Otros autores piensan que esta mano de obra excedente se tendrá que dedicar a actividades no remuneradas, y ya que la renta es el factor social clave de la integración, habrá que llevar a cabo una redistribución de la renta para que todo el mundo viva bien. Se crearán nuevos principios de estructuración social, que serán responsabilidad de las ciencias sociales y que se basarán en unos valores imprescindibles.

EJEMPLOS DE JÓVENES QUE PROGRESAN

Podemos hablar del ejemplo de Malviviendo, donde ocho sevillanos de entre 15 y 35 años han encontrado una salida a la crisis creando una ficción audiovisual para la web. Ellos mismos se explican: “después de terminar los estudios y engrosar las listas del paro, decidimos dar un paso al frente y crear nuestra propia serie sin presupuesto de producción, con pocos medios técnicos y mucha imaginación”. El tráfico diario de esta producción se aproxima a los 20.000 visitantes. Ya ha recibido el apoyo del BBVA a través de su proyecto Open Talent.
Fundación Vodafone, por ejemplo, ha formado 45 mini empresas educativas para emprendedores de entre 16 y 19 años a través de un programa que les permite crear su propio negocio.
También se puede mencionar el caso de Toni Ortiz, que colgó en internet vídeos de seis minutos que, bajo el título “Recetas mileuristas para jóvenes realistas” sugería diferentes alternativas culinarias a quienes dispongan de escaso presupuesto para llenar la nevera. El éxito fue rotundo

  
CONCLUSIONES FINALES

No estamos en época de cambios sino en un cambio de época, la salida de esta recesión sólo podrá hacerse a través de los nuevos paradigmas de la colaboración y la cooperación. Los viejos sistemas sociales y estructurales están obsoletos, necesitamos un cambio profundo a todos los niveles. No deberíamos esperar que las grandes empresas y los políticos llevasen a cabo los cambios que necesitamos. Ellos forman parte de la antigua generación, la que creció en un orden centralizado y jerarquizado, y no son capaces de entender el poder lateral. “No entienden a sus hijos, y  menos aún a los jóvenes que están en las calles”, “no basta con estar en contra, hay que saber a favor de qué se está. Los jóvenes tienen que hacer algo ya, crear sus propias empresas, sus cooperativas, sus partidos políticos…
El líder de la nueva época cuenta con un recurso que no existía en  épocas anteriores. Se trata de la Web 2.0, el soporte que hace posible el gran tesoro de la inteligencia colectiva. El divulgar del saber, la democratización del poder, la capacidad de unir a las personsa a través de la información y movilizarlas por el bien común.
Decía Eduardo Punset que, en la coyuntura actual de crisis que vive el país, sería “el momento de incluir a los jóvenes en el liderazgo nacional” porque, a su juicio, “tienen mucho que decir” y son “los que tendrán que enfrentarse a las decisiones tomadas en el futuro”.
“El poder será lateral, y ese será el verdadero cambio. Los jóvenes que utilizan internet y que se manifiestan en el 15 M no piensan políticamente en términos de derecha e izquierda, sino que abogan por la cooperación y la transparencia en lugar de la jerarquía y el orden vertical. Esa será la revolución real”.



BIBLIOGRAFÍA



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