domingo, 12 de febrero de 2012

Alta y baja cultura

"En 1990, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, también conocido como el MoMA, estrenó la exposición Alta y baja: Arte moderno y Cultura popular. Allí se intentaba mostrar la influencia en el arte contemporáneo de disciplinas poco valoradas: la caricatura, el grafiti, los anuncios y el cómic. La exposición recibió bofetadas (metafóricas) desde todos los lados. Por el lado tradicional, los comentaristas se echaban las manos a la cabeza al ver que el sacrosanto museo era manchado con la aparición de esas piezas que consideraban espurias. Por el otro extremo, los observadores familiarizados con esas disciplinas poco valoradas señalaban cómo la exposición las trataba con condescendencia y desprecio, dando más valor a la imitación “en alta” que al original “en baja”. Cómo el valor de esas obras sólo era concebido en relación a otra que partiera de ella, negando una validez en sí misma. Limitando su función a la del object-trouvé, el ready-made, el elemento que se da por natural y sobreentendido. Como barro primigenio, pero barro al fin y al cabo. (La crítica más ácida a la exposición la realizó Art Spiegelman, Pulitzer por su tebeo Maus, en una vistosa página titulada High Art Lowdown)." Doctor Repronto.

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