lunes, 13 de febrero de 2012

Agitación en la sociedad portuguesa – La crisis en Portugal y el Movimiento M12M

por: Bárbara Abraúl y Joana Borges

Crisis: el tema más hablado en los media. Sea de crisis mundial, en la cultura, en la política. Esa palabra siempre aparece, y es la base de todos los telediarios y periódicos. El endeudamiento público fue, por mucho tiempo, el motor de crecimiento y despegue de las diversas economías. Alcanzó niveles que dejan en jaque la sostenibilidad de las finanzas públicas y con ello la totalidad del aparato económico.  La crisis económica ha afectado toda la Europa. Pero algunos países como Portugal, Grecia, España e Italia la han sentido más significativamente. Este análisis se va a centrar en la observación de la economía portuguesa y de su crisis que está colocando al país de rodillas.

Los vecinos lusos se encuentran en una situación complicada. Se puede decir que aquel pequeño país, en la Europa Occidental, está en el spotlight.  El rescate hecho por el FMI al país afecta todos los portugueses. La sociedad está furiosa, las huelgas son comunes y la manifestación del 12 de marzo fue la mayor prueba de que nadie se queda sin opinión. ¿En qué situación se encuentran los portugueses en 2012, un año marcado por la presencia de la Troika en el país, la disminución de días festivos, congelación de salarios, reducción de pagos extra, aumento del IVA? ¿Qué repercusiones tiene le economía en la sociedad portuguesa?

"El que no quiere economizar deberá agonizar." Confucio 


La burbuja norteamericana que hizo explotar la Europa

La crisis económica mundial que comenzó en 2008 es consecuencia de una burbuja inmobiliaria en el mercado norteamericano. Es el manifiesto fracaso del modelo de crédito fácil, conductor de consumo y generador de efectivo rápido y sin garantía de recogida. En este pernicioso esquema se encuentran términos como préstamos hipotecas de alto riesgo (hipotecas subprime); CDO (obligaciones de deuda colateralizada), títulos de deuda garantizados por los activos que representan distintos tipos de deuda, divididos en tramos con un riesgo diferente y por lo tanto, diferentes tasas de interés; y los CDS (credit default swaps), valores que representan un seguro de crédito que, en caso de quiebra del emisor de un bono, el vendedor de la aseguradora pagará el monto invertido por el comprador. Esta crisis he reunido los propietarios de casas, representantes de las hipotecas, los inversores y los accionistas, vinculados por el sistema financiero. Además de la desregulación y la evaluación de riesgos pobres de las operaciones realizadas en los mercados financieros, los EE.UU. ha patrocinado las instituciones privadas (Fannie Mae y Freddie Mac) que estaban destinados a facilitar la concesión de préstamos hipotecarios.

Los efectos más inmediatos de la crisis de 2008 fueron dos: un clima de inquietud en el mercado inmobiliario y la falta general de liquidez. La inquietud hizo con que los inversores han intentado vender los paquetes de inversión que habían comprado. Eso destruyó completamente el valor de estos bienes y los bancos que fueron responsables de la negociación. La red del sistema financiero desregulado y ambicioso había fracasado. El otro efecto relacionase con la dificultad de convertir los activos en dinero. Instalada la crisis, los bancos estadounidenses y europeos se redujeron a prestar dinero a los demás, para preservaren el capital que aún tenían disponible.

La "Gran Recesión de 2009", como muchos la consideraron, se materializó en el crecimiento económico mundial, que cayó un 0,7%, en comparación con el crecimiento de 2,8% del año anterior. El consumo ha desacelerado y las empresas, motores del crecimiento económico, fueron directamente afectadas. La imposibilidad de deshacerse de la producción dio lugar a un problema estructural: la tasa de desempleo que alcanzó valores históricos en los últimos años.


El viejo continente se arrastra para la crisis

En la Europa, el deterioro de las condiciones económicas y de las cuentas fiscales afectó no sólo los gobiernos europeos directamente  como a los demás países pertenecientes a la Eurozona. En 2008 y 2009, algunos países europeos fomentaron políticas monetarias y fiscales con la intención de que las diversas economías salieron de la crisis. Pero esas políticas fiscales de carácter contracíclico depende de la salud de las finanzas nacionales y esto no era el caso. La recuperación de la Zona Euro ha sido desigual entre países debido a la dificultad para obtener financiamiento externo. Según las palabras del canciller alemán Angela Merkel, la causa de la crisis de la deuda es que países insuficientemente competitivos vivan por encima de sus posibilidades. [1]

                Paul Krugman, Premio Nobel de la Economía, ha comentado la situación económica de los países europeos. Para el economista, Portugal y Grecia ya se encontraban en un plano insustentable muy antes de la crisis internacional. O sea, mismo que la economía en todo el mundo estuviese bien, Portugal necesitaría de medidas austeras para combatir su deuda. De acuerdo con un estudio de  Gianluca Cafiso (que fue consultor del BCE y investigador en la Universidad de Catania), en un plazo de diez años, en 2021, la deuda griega y portuguesa estaría arriba del equivalente al 150% de su PIB.

                A pesar de sus críticas a los planos de austeridad, Krugman admite que Portugal y Grecia no tendrían otra opción. Para él, el erro estuve en aplicar el mismo en otros países como España, Itália e Irlanda – admitiendo que los excesos de los presupuestos eran la razón de la crisis.

El caso griego fue uno de los primeros ataques en la estabilidad de la zona euro. El tamaño y la opacidad de la crisis griega aumentó los temores de insolvencia soberana y llamó la atención hacia las economías periféricas. Por temor al contagio de algunos estados a otros, la especulación contra las deudas es cada vez mayor, se dispara la tasa de interés y aumentan las dificultades de financiamiento.

Cuando los estados ya no tienen la capacidad de honrar sus compromisos y la financiación es cada vez más restringida, la opción son los programas de ayuda exterior. Las intervenciones de estos fueron hechas por la Troika, el equipo responsable del Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y la Comisión Europea. Están negociando los términos del rescate de Grecia en mayo de 2010, Irlanda en noviembre de 2010, y en Portugal en abril de 2011.


 Portugal: ¿un país más o una crisis más?

Ahora que empieza la segunda década del siglo, no hay duda que Portugal se enfrenta a la crisis de un siglo: el peor promedio de crecimiento económico desde la Primera Guerra Mundial, la tasa de desempleo más alta en 80 años, la deuda más grande los últimos 160 años, la mayor deuda externa de los últimos 120 años. Según el ministro actual de la economía, "Portugal se enfrenta a tres grandes crisis”. La mayor es la del crecimiento económico. La economía nacional es débil y estancada, y con diversos sectores no competitivos.

Los problemas de competitividad que enfrenta la economía portuguesa reflejan en el peso que tiene exportaciones en el PIB. La intensidad de las exportaciones suele estar inversamente relacionada con el tamaño de un país. Por lo general, en los países más grandes - con un mercado más amplio - la participación de las exportaciones en el PIB es pequeño. Por el contrario, los países más pequeños, tiende a ser mayor la intensidad de las exportaciones. Si esto no ha sucedido, no puede ser una buena noticia: por lo general, esto significa que el crecimiento económico está fuertemente limitada por el pequeño tamaño del mercado interior.

El siguiente gráfico deja clara la situación en Portugal, siendo un país de tamaño medio en la Unión Europea, Portugal tiene una intensidad de exportación típica de un país grande (una situación que es comparable únicamente en el caso griego):


Cuadro 1 – Relación entre la populación de los países y su intensidad de exportación (2009)

Para explicar todo tiene que ir atrás en el tiempo. A principios de 1960, la proporción de las exportaciones portuguesas en el PIB fue de poco más del 10%. Los miembros de la AELC (Asociación Europea de Libre Comercio) - el primer paso de la integración europea en un país hasta la fecha fuertemente autárquico - las exportaciones ascendieron a alrededor del 20% del PIB. Con la adhesión a la CEE, el peso de las exportaciones escaló cerca del 30% del PIB, valor que se mantuve básicamente sin cambios hasta 1990. Este estancamiento contrasta con otros países europeos de tamaño similar (como Suecia, Austria o la República Checa y Hungría) que estaban entonces en niveles similares, pero donde la participación de las exportaciones en el PIB crecía continuamente.

Las estrategias de política industrial de la PSD y el PS han dado como resultado a menudo en condiciones desfavorables para los sectores transables[2]. Tomando ventaja de la liberalización financiera, privatización y boom inmobiliario, el sistema financiero ha canalizado una proporción creciente de sus recursos para la financiación de los sectores no transables (donde los niveles de riesgo se reducen) y las aplicaciones financieras (donde los beneficios potenciales son altos en periodos especulativos), desviando el crédito de los sectores transables y, finalmente, la convergencia nominal hacia la moneda única significa un tipo de cambio sobrevaluado, lo que desalentó la inversión en los sectores de exportación.

En el nuevo siglo, la apertura del comercio de la UE con China, la ampliación hacia el Este, la apreciación del euro frente al dólar y el alza de los precios del petróleo, se deterioró aún más la competitividad de la economía portuguesa. La segunda crisis es la más debatida y, posiblemente, la que afecta a la mayoría de los portugueses: la crisis de las finanzas públicas. De izquierda a derecha, de los funcionarios públicos al sector privado, de los políticos y economistas a los trabajadores, el lamentable estado de las cuentas públicas es objeto de interminables discusiones y análisis.

El tercero y quizás el más grave es la crisis de la deuda externa. El déficit de Portugal es una enfermedad crónica, que persiste incluso en períodos de crecimiento económico. El problema del déficit es la necesidad que tienen que ser financiados y pagados posteriormente. Pronto, una de las consecuencias de los déficits presupuestarios es aumentar la deuda pública de un país. Básicamente, todo se lleva a cabo como un presupuesto de los hogares, si seguimos gastando por encima de nuestros ingresos, la única manera de mantener nuestros gastos y hábitos de consumo es de pedir dinero prestado. Lo mismo se aplica a los Estados, cuando los ingresos del Estado (impuestos, tasas, etc) son menores que los gastos, el Estado está obligado a pedir prestado para eliminar la diferencia. De hecho, los ingresos del Estado, municipios, regiones autónomas de las empresas públicas no son suficientes para saldar las deudas y los agujeros financieros que se extienden desde ese país.

El Euro es también un punto a debatir cuando se escribe sobre la crisis portuguesa. El uso de la moneda común europea permitió a Portugal, desde principios de la década, emitir deuda a bajo costo y tomar en forma de préstamo más de lo que estaba en capacidad de costear. Las facilidades de crédito internacional permitieron componer su deuda principalmente por capital extranjero, lo que provocó que el país se hiciera más vulnerable a los movimientos del mercado financiero internacional.

La Generación en Apuros y una juventud que no se calla

                Si el año pasado ya tuvimos el ejemplo de protestas vividas con ciudadanos que se echan a la calle para provocar cambios de gobierno y en los sistemas financieros, reformas constitucionales para la conversión del país en un paraíso para la libertad de expresión, ahora llega una segunda muestra que nos toca todavía más cerca. Las democracias “teóricamente maduras” del mundo occidental ya no están más a salvo.

Geração à Rasca (o, en español, Generación en Apuros) es el nombre dado a una serie de protestas en Portugal y otros países de todo el mundo. Este movimiento  “no partidista laico y pacífico” empezó en Facebook y lucha por mejores condiciones de trabajo, especialmente para los jóvenes cualificados. El manifiesto publicado en el grupo de red social instó a la participación en una manifestación en el día 12 de marzo de 2011.


Imágen 1 – Póster de la manifestación.

Juntó una decenas de miles de personas, en su mayoría jóvenes, que salieron a la calle para protestar pacíficamente contra "la precariedad" en Lisboa, Oporto y otras ciudades portuguesas, en la mayor movilización que se realiza en este país al margen de partidos y sindicatos desde la revolución del 25 de abril de 1974. Los jóvenes eran clara mayoría, pero también había padres y abuelos, porque como decía un veterano de abril "la precariedad no respeta edad". La manifestación era un cuadro variopinto de ciudades de distinta edad y condición, mucho de los cuales difícilmente responderían a una convocatoria partidista, y que ayer lo hicieron no por curiosidad. Muchos de los elementos son comunes a los que precedieron a revoluciones como la tunecina o la egipcia: desempleo elevado, falta de perspectivas y expectativas vitales, desesperanza, y la participación como elemento catalizador de unas redes sociales de presencia mucho más ubicua en el país vecino, sobre todo en las generaciones más jóvenes.

"El país está en apuros" y "La precariedad no escoge edad" eran los lemas de las dos grandes pancartas que abrían la marcha en la capital portuguesa.  La consigna más coreada fue "Con precariedad no hay libertad", signo de las condiciones en que viven más de un millón de portugueses, entre desempleados y trabajadores en condiciones lamentables. "Somos la generación con mejor educación de la historia del país", "no protestamos contra otras generaciones, protestamos por una solución y queremos ser parte de ella", "protestamos para que todos los responsables actúen en conjunto", dijeron uno tras otro, los fundadores de la Geração à Rasca, Alexandre de Sousa Carvalho, António Frazão, João Labrincha y Paula Gil, cuatro amigos recen trabajadores que enfrentan también la situación dramática que el país presenta.

La protesta de la Geração à Rasca, unió, en la primera protesta del 12 de marzo de 2011, a al redor de 500 000 personas en las calles de Portugal y en el extranjero. La impresionante adhesión a esta protesta debe ser atribuida a la inmensa frustración de una generación –o mejor dicho, y como se comprobó por la presencia en las manifestaciones, generaciones– ansiosa de empleos dignos, salarios decentes y oportunidades de realización personal.

En los días anteriores a la manifestación hubo intentos de manipulación y de sembrar la confusión, con mensajes falsos que circularon por Internet, como el que pedía un millón de personas en la calle para acabar con la clase política. Algo así como aquel "que se vayan todos" argentino en la época del corralito. Algunos comentaristas criticaron y despreciaron a los organizadores de la manifestación.

Los promotores de Geração à Rasca, pese al descrédito de los políticos, no son anti-partidos. Tres de ellos militan o han militado en las juventudes del Partido Socialista, Comunista y del Bloco de Esquerda. Y para evitar malas interpretaciones invitaron a los 230 diputados de la Asamblea de la República a acudir a la manifestación. "Tienen que ser parte de la solución, y para nosotros no son el problema", señaló Alexandre de Sousa Carvalho. "No es una protesta contra el Gobierno", añadió Paula Gil. "Hemos contactado a diputados, movimientos estudiantiles, organizaciones de la sociedad civil, religiosas, deportivas..."

La manifestación de Geração à Rasca siempre te trató de una voluntad clara e inequívoca de las personas que se oponen al deterioro de las condiciones de trabajo y el desmantelamiento de los derechos sociales. Es una prueba irrefutable de la participación democrática, contra las teorías de apatía y resignación, que se cree que nunca han sido válidos, y la falsedad de lo que fue probado por los hechos del día 12 de marzo de 2011. Lo que sucedió fue una consecuencia de la diversidad de las motivaciones y soluciones propuestas. Un espejo de la diversidad democrática y sana que quiere el cambio.  La protesta fue creada porque creen que todas las personas tienen derecho a expresar su opinión y el derecho a ser oído. En el día de hoy y siempre. 


Imágen 2 – Manifestación de la “Geração à Rasca”. foto PEDRO CORREIA/GLOBAL IMAGENS

En consecuencia, siempre se abogó por la creación de grupos y asociaciones, como el M12M – Movimiento 12 de marzo. El M12M es un movimiento informal, no jerárquico, no partidista, laico y pacífico, pretende así apoyar el fortalecimiento de la democracia en todas las áreas de la vida de los portugueses, y se esfuerza para promover una ciudadanía más activa, como resultado de la democratización de la política.

De una música para la calle

Fue a través de una música que surgió la idea. O mejor dicho: una canción sirvió de catalizador para lo que ya existía: el descontento y la frustración de toda una generación de jóvenes portugueses (y no solo portugueses) condenada a la inseguridad, a la precariedad, al desempleo, a la explotación. El tema “Parva que Sou” de Deolinda fue determinante para el suceso del movimiento que surgió en Facebook . El tema habla de la inseguridad laboral que afecta a miles de portugueses, en particular, los graduados. Los miembros de la banda no participaran en las protestas, aunque simpatizan con los manifestantes.

En un principio la idea de  Geração à Rasca pertenecía al grupo de jóvenes que se abstengan, en protesta por las pruebas o evidencias relacionadas con el acceso global y encadenarse a las puertas de los colegios porque no quieren pagar la matrícula. Pero, después de todo Geração à Rasca, pertenece a aquellos que todavía tiene un trabajo, pero que nunca va a ser rico, tendrá que trabajar más de 40 años con la incertidumbre de una reforma en el horizonte. La generación de jóvenes portugueses son los que tienen un poco más de 30 años, y que la generación que se llama "tonto".

El nombre proviene de la canción "Que Parva Que Eu Sou" de Deolinda, una canción que no está editada en ningún disco que se ha convertido en viral aficionados ganando todos los días en los vídeos de YouTube en blogs, en los periódicos o en la televisión.  La verdad es que Deolinda inadvertidamente han creado un himno para la generación joven de hoy, los que tienen que pagar la matrícula de la educación universitaria, a los que difícilmente pueden encontrar un trabajo que no implique el verde recibo de pago, los que no pueden tener su propio espacio porque no ganan lo suficiente para pagar el alquiler, los que prefieren casarse después de los 30 y los niños (si los hay) tienen cerca de 40. La canción es la que miles de jóvenes portugueses se han sentido en la piel, pero no podía hacer miedos, deseos, odios, en las palabras y los versos que riman. Fue también la razón por la generación joven actual portugueses ya se apoderó de todos las palabras de la canción de Deolinda. Debido a que el futuro del país depende de nosotros y ellos, los jóvenes, los que ahora están comenzando a entrar en la generación tonta, que es una tontería y no sólo no ha sido inmune a la estupidez del mundo en que vivimos.

Los participantes de la Geração à Rasca se auto-caracterizan por “los desempleados, “quinientoseuristas” y otros que somos mal remunerados, esclavos disfrazados, sub contratados, contratados a plazo fijo, falsos trabajadores independientes, trabajadores intermitentes, pasantes, bolseros, trabajadores-estudiantes, trabajadores, madres, padres e hijos de Portugal.”, que fueran cómplices de esta condición,  para iniciar un cambio cualitativo en el País.  Las protestas se prestan para que todos los responsables de la situación de incertidumbre actual – políticos, empleadores y ellos mismo– actúen como un todo para cambiar rápidamente esta realidad, que se torno insustentable.

Cuando Portugal se estaba preparando la manifestación de la Generación en apuros, los Homens da Luta  (Hombres de la Lucha, en español) fueron escogidos para representar al país en el Festival de Eurovisión. Muchas personas se declararon en contra de esta elección. El grupo, con su apariencia setentera, satiriza al pueblo portugués y se manifiesta contrario a la política del gobierno. Esta vitoria en el Festival de la Canción, con el tema “A luta é alegría” (la lucha es alegría)  fue importante para demonstrar cómo, en todos los aspectos, los portugueses estaban dispuestos a apoyar quien criticaba la situación en que el país se quedaba. Sin embargo, el humor no fue suficiente para convencer a Europa y los Homens da Luta no cantaran en la final de Eurovisión.

Octubre y Noviembre – meses caliente

En octubre Lisboa promulga nuevas medidas de austeridad para 2012 – incluyendo la supresión de las dos pagas extra a los funcionarios y pensionistas y el aumento en media hora de la jornada laboral en el sector privado. A partir de 2012, los portugueses trabajan más y reciben menos. A par de estas medidas se conoció los días festivos en que ahora se trabaja – cuatro, en la totalidad. ¿Hasta cuándo se van quedar serenos los portugueses sin salir a la calle o sin huelgas? La respuesta – 15 de octubre y 24 de noviembre. La primera, la concentración convocada en 82 países por el llamado movimiento de los indignados, hizo resurgir la protesta de 12 de Marzo. Personas de diferentes edades y condiciones marcharon contra las últimas medidas del gobierno y la situación del país. La segunda fecha, 24 de noviembre, es ya muy conocida por los portugueses. Como en el año 2010, y por la tercera vez en 23 años, los dos grandes sindicatos del país convocaron una huelga general.[3]  Milles de portugueses se echaran a la calle para protestar y las marchas culminaron una jornada en la que los transportes públicos paralizaron el país.

El último 15 de octubre se convirtió en la historia. Cerca de 1.000 ciudades de todo el mundo participaron en la primera gran protesta global que pidió más democracia y justicia social, también protestar contra el sistema financiero. Siete meses después de una de las manifestaciones más grandes en las últimas décadas en Portugal, la respuesta a la situación económica del país llevó a la convocatoria de los movimientos sociales, en otra protesta callejera "no partidista" en Lisboa.

En Portugal fueran miles de personas las que participaran a la manifestación, lo que convirtió el 15 de octubre en una de las manifestaciones más grandes jamás en el país, como respuesta al acto convocado en 82 países para protestar contra el sistema financiero.  Las concentraciones, llevadas a cabo en diversas partes del país, recordaron el carácter festivo y de gran manifestación del 12 de marzo, una de las primeras expresiones públicas de indignación que la cadena.

“Fuera, fuera aquí, el hambre, la pobreza y el FMI!” fueron unas de las muchas palabras más gritadas por los manifestantes que portaban afiches, pelucas, máscaras y tenían sus rostros pintados. Entre los muchos signos y pancartas que se muestran, se puede leer "Ai de Portugal, Portugal, de que estás à espera? (en español, ¿Portugal, qué estás esperando?)", En alusión a las revoluciones que se produjeron en Egipto, Túnez y Libia.


Imágen 3 – Manifestación del 15 octubre en Portugal.

La organización, que consiste en tres decenas de movimientos y organizaciones sociales  no incluye los partidos o los sindicatos, las estimaciones de la adhesión a la marcha que unió el Marqués de Pombal al Parlamento ni acepta las comparaciones con la marcha  del 12M. La democracia participativa, la iniciativa legislativa ciudadana y la transparencia son los tres vectores principales en los que los organizadores apuestan a que promuevan la noche a la mañana en la asamblea popular en el Parlamento, donde entre otras cosas, a discutir una propuesta de "auditoría ciudadana" de la deuda pública.

Bajo el lema "United For Global Change" (Unidos por un cambio global), miles de ciudadanos españoles también salieron a las calles para protestar contra los políticos, los mercados financieros, los bancos, los recortes sociales y el empleo precario. Fueran 80 las ciudades españolas que hicieran parte de un movimiento mundial de protestas para reactivar las movilizaciones que comenzaron en la primavera, lo que causó cientos de personas acamparon durante casi un mes en el centro de Madrid. En Madrid, los indignados gritaban “culpados, culpados” mientras cantaron en contra de la clase política, los mercados financieros y los bancos. Al pasar por el Banco de España, ya que la manifestación no tuve la permisión de las autoridades que comenzaran con silbidos. En Barcelona, las fuentes en el ayuntamiento y la policía se extendía a 60 mil personas han participado en las manifestaciones. La organización de las protestas elevó el número a 250 000 personas.

La huelga general que paralizó (literalmente) el país

Miles de portugueses se echaron a la calle en el 24 de noviembre para protestar por la situación económica que ahoga al país y por las medidas de austeridad del Gobierno que, según los manifestantes, asfixian siempre a los mismos. Las marchas culminaron una jornada de huelga general en la que los transportes públicos paralizaron el país. En Lisboa cerraron el metro y el aeropuerto, y los barcos que unen las dos orillas del estuario del Tajo se quedaron en tierra. Los autobuses funcionaron a medio gas y hubo escuelas cerradas, vistas judiciales pospuestas y hospitales que atrasaron las operaciones quirúrgicas y las consultas ordinarias.

"Los transportes, el año que viene, van a costar más caros, y van a ir peor, con menos frecuencia en las líneas: el Gobierno quiere cerrar el metro a las 11 en vez de a la una y media. ¿Qué va a pasar con los trabajadores que salen a las doce de los centros comerciales?" protestaban las personas en la manifestación. El paro sirvió para que los trabajadores portugueses y los jóvenes indignados que ya salieron a la calle el pasado 15 de octubre advirtieran al Gobierno del dolor que causan las reformas adoptadas y las que se van a adoptar el año que viene, que será peor que el actual.

Por primera vez, y en contra de la tradición de un país muy tranquilo, hubo botellas lanzadas al aire, empujones y golpetazos en las escalinatas de la Asamblea entre los antidisturbios y los indignados. Y un herido. Y dos detenidos. Por la mañana dos sucursales bancarias habían sufrido ataques con cócteles molotov. Un síntoma, tal vez, de que la presión sube en el pacífico Portugal.


Imágen 4 – Metro cerrado en el 24 de noviembre.

¿Nuevo año, nuevas esperanzas?

Portugal acaba 2011 con un crecimiento negativo del 1,7% interanual, siete decimas peor que el dato interanual del segundo trimestre. Antes de 2012, el Estado portugués vende su participación de un 21,35% en la principal eléctrica del país, EDP, a la china Three Gorges – la primera gran privatización del Gobierno luso.

En el enero, por fin, ya las tres agencias de rating – Moody’s, Fitch y, por último, Standard & Poors – bajaron la clasificación de la deuda portuguesa a bono basura con perspectiva negativa. No es una buena manera de empezar el año pero ni todo son malas noticias. En su primera subasta de deuda pública del 2012 el Tesoro portugués ha conseguido colocar el montante máximo con un interés por bajo del 5%.

Sin perspectivas de una recuperación económica y los niveles récord de deuda, el desequilibrio de las cuentas públicas aún lo parece imposible de resolver.


Retrospectivas y soluciones


Para contestar a la primera cuestión puesta en el inicio del artículo, “Qué repercusiones tiene la crisis en la sociedad portuguesa?” tiene que entenderse que la crisis, real o imaginaria, teórica o dolorosamente impregnada en nuestra vida cotidiana, supone una ruptura en todos los ámbitos de la vida social. Siendo difícil hacer la historia de la agitación social, podemos, en Portugal, listar un conjunto de hechos más destacados. El primero es la manifestación del 12 de marzo, que alcanzó proporciones verdaderamente notables.

Basándose en las cuestiones fundamentales, como la inseguridad en el empleo, el movimiento ha añadido, primero en Internet y luego la Avenida da Liberdade, a varias generaciones, figuras públicas, activistas de toda la vida y las personas que nunca se habían planteado. El hype generado ha sustituido más adelante en otros pequeños eventos, reuniones y peticiones en contra de la precariedad.

Más recientemente, en 15 de octubre, hay una convocación para un nuevo evento internacional que reúne a un número considerable de participantes en las principales ciudades, y que parece generar una nueva fuerza a la lucha contra la crisis. La plataforma 15 de octubre todavía permanece activa, con sesiones regularidades y varios grupos de trabajo en activo,  y ha  organizado algunos eventos, incluyendo un punto de concentración para el debate sobre el presupuesto del Estado en la Asamblea de la República. También estuvo presente, manifestándose en la calle, el 24 de noviembre, marcada por una huelga general. Al mismo tiempo, algunos activistas de la 15 de octubre, acamparon frente a S. Benedicto XVI, una acción inspirada por el movimiento Occupy Wall Street.

Para tratar de los problemas instalados en la sociedad, es necesario simplificar y promover el diálogo, grupos de reflexión crítica, que se centra en búsqueda de soluciones, proporcionando puntos de encuentro, sinergias y la solidaridad entre los movimientos y los ciudadanos con el fin de fortalecer de la democracia en el lugar de trabajo, economía, política, cultura, educación y sensibilización.

Otra propuesta para mejorar las cuestiones relacionadas con la agitación social provocada por la crisis que el país presenta,  es también de activar otras formas de democracia participativa en la acción, tales como iniciativas legislativas populares, acciones, peticiones y acciones directas así como defender el voto secreto y el derecho universal e inalienable, no agota todas las posibilidades de participación democrática. El M12M se presenta como un buen movimiento en ese punto.

Los movimientos anti-crisis parece que poco a poco se van poner en práctica en el suelo, en busca de ayuda para superar esta situación, y en el camino, haciendo un cambio social lento. El futuro es difícil de seguir y difíciles de pasar una solución, simplemente por la acción de estos actores. Es necesario ir más allá de las fronteras, la búsqueda de la inspiración y las alianzas internacionales. Hacemos hincapié en el carácter transnacional del movimiento, que sólo puede tener sentido, dado que la crisis actual es global.

En los últimos diez años, la economía portuguesa ha crecido a un ritmo de menos del 1% anual. Se pronostica que el producto doméstico bruto de este año se reducirá 3 por ciento, reflejando la recesión más grave que vive el país desde 1975. La tasa de desempleo está cerca del 13%. La Unión Europea prevé que, en 2013, Portugal será el 20º país más pobre en los 27 estados miembros de la UE. Los sueldos promedio son la mitad de los países como Gran Bretaña o Alemania. El panorama no es agradable y las consecuencias no pasan desapercibidas a ningún ciudadano portugués.

¿Qué puede hacer Portugal para salir de la crisis? Lo único que, ahora, ofrece Portugal es mano de obra barata. Su fuerza laboral está ahora a adquirir capacitad tecnológica, el problema es que son muchos los licenciados, Mestres doctorados que procuran empleo afuera del país. El Estado invierte en los estudiantes y estos, después, se van al extranjero, donde las condiciones laborales y los salarios son mejores. Hoy se observa una alta emigración de jóvenes cualificados, conscientes de que no van a suceder en Portugal. Cuando la crisis inmobiliaria empieza, Portugal contaba con condiciones de partida desventajosas al ser el país más pobre de la Unión Europea y al estar caracterizado por una gran debilidad macroeconómica y estructural. Siempre tuvo un manejo irresponsable de las finanzas públicas con un gasto excesivo y aprovechó la moneda única para emitir deuda a un bajo costo para hacer costo que superaban su capacidad de pago.

En la Europa, la solución para la crisis tiene perspectivas diferentes. Paul Krugman considera imprudente promover austeridad en un momento donde la economía mundial esta resentida. Ya Jean Claude Trichet, presidente del BCE, defiende a la austeridad como la que permitirá combatir la crisis de confianza vigente en Europa.

Los portugueses no tienen dinero y hace mucho tiempo que se acostumbraron con la expresión “apretar el cinturón”. De cinturón apretado, ellos también tienen de pensar en maneras de ahorrar dinero: quitar el coche y utilizar más los transportes públicos (el precio de la gasolina no deja de subir) y comprar más productos de marcas blancas son pequeñas soluciones que pueden ayudar a vivir con cada vez menos dinero.

Con un IVA del 23%, un desempleo arriba del 11% y un salario mínimo estancado en los 485 euros y una recesión, las perspectivas para la economía lusa son todo menos prometedoras.  No sorprende que los intereses sobre la deuda soberana alcancen máximos históricos. Al plazo de cinco años, se estima que superan la barrera del 8%, aproximándose cada vez más a los intereses de Grecia e Irlanda.

Es esencial para conseguir las cuentas de recuperación económica para un público más sana y equilibrada. Sin embargo, si se persiste en el camino de la irresponsabilidad presupuestaria y fiscal, el Estado seguirá para ahogar el sector privado nacional y el espíritu empresarial. Como dice Armindo Cunha, "La historia del déficit es la historia de las finanzas públicas", y también, podríamos añadir, la historia de la democracia portuguesa.

¿Riesgo de contagio a España? Sin duda. Pero el gobierno español e ha afanado en asegurar que la situación de Portugal no afectará a los fundamentos financieros y económicos de España. Además, la situación portuguesa sufre mucho con su crisis interna. El gobierno de España tiene capacidad “con pulso firme” y sus reformas en el sector financiero, mercado de trabaja y negociación colectiva para seguir fortaleciendo la economía. Sin embargo, tiene que permanecer alerta. España se parece mucho a Portugal – una economía estancada, con paro creciente, sin perspectivas de crecimiento y bastante endeudada. La desconfianza en el mercado afecta España mientras su vecino combate para recuperar la economía. El efecto dominó es peligroso y España se encuentra en la lista después de Irlanda, Grecia y Portugal. Paul Krugman ha advertido para lo siguiente: “el plato fuerte del mercado es España. Grecia, Irlanda y Portugal son sólo el aperitivo”.



[2] De los sectores transables hacen parte los bienes transables - todos aquellos bienes que se consumen dentro de la economía que los produce, y se pueden exportar e importar libremente, por los bajos costos de transporte y aranceles.


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