La iniciativa privada como motor de la
industria cultural
El nuevo Gobierno del Partido Popular ha
propuesto la modificación de la política de subvenciones española en artes y
cultura a través de una reforma de la Ley de Mecenazgo. Esta reforma está
fundamentada básicamente en aumentar los incentivos fiscales a las empresas que
inviertan en cultura. En épocas de crisis y reajustes, aumentan las críticas
sobre cómo se gasta el dinero público y en dónde. A este respecto, en palabras
de Mariano Rajoy, “es necesaria la revisión de todas las partidas de
subvenciones y la eliminación de aquellas no justificadas”.
¿Ha llegado la hora de que la cultura se
emancipe de las subvenciones? ¿Es realmente éste el problema que provoca el
estancamiento, la poca producción y rentabilidad del sector? ¿En qué se miden
estos niveles de rentabilidad? "Yo no hablaría tanto de un exceso de
subvenciones. Diría más bien que es necesario modificar los criterios y los
procedimientos de asignación". Es la opinión de Antonio Martínez, gestor
cultural y director gerente de la empresa pública Murcia Cultural. Por la misma
línea aboga el director del Área de Investigación en Economía
Aplicada a la Cultura de la Universidad de Valencia, Pau Rausell Köster, al decir que el "entramado de
política cultural está absolutamente sujeto a ocurrencias puntuales y
posibilistas".
Pero la gran pregunta es ¿beneficiará
sustancialmente ésta reforma a la cultura? El profesor Víctor Fernández apunta
que la filosofía general es positiva. "En un contexto de descenso de
fondos públicos es más que conveniente buscar inversiones privadas". Ahora
bien, "otra cuestión será ver los criterios"."No hay que generar
falsas expectativas con el mecenazgo. El sector privado también padece la
crisis.
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Felicitas M. Sisinni Ganly
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