La situación económica portuguesa continua complicada. La consecuencia actual es la agitación social: hay una huelga general anunciada para el día 24 de noviembre.
Los cortes son cada vez mayores y el descontentamiento también. Muchas medidas económicas son desaprobadas por el pueblo, cómo la eliminación de puentes y de algunos días de fiesta, la supresión de los subsidios de ferias y de navidad. La mayoría de las disposiciones afecta solamente el sector público, que no se queda sin protestar.
Bárbara Costa Abraúl
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